Energy Poverty – Pobreza energética.

La Agencia Internacional de la Energía sostiene que más de 1.300 millones de personas sufren pobreza energética en cuanto a iluminación ya que los lugares en los que viven o trabajan no tienen acceso a la electricidad. La solución de este problema la encuentran en la mayoría de los casos en las lámparas de queroseno y las velas, con las que iluminan sus hogares y negocios.

Este tipo de fuentes de iluminación se cobran la vida de 1.5 millones de personas al año debido a enfermedades respiratorias e incendios, tal y como advierte la Organización Mundial de la Salud.

Los países que más sufren este tipo de pobreza son mayoritariamente de África, Asia y América del Sur. Para poner cifras a este problema, el Banco Mundial ha informado de que, entre otras zonas, el sur de Sudán tan sólo cuenta con un 1,5% de personas tienen acceso a la luz eléctrica. Esto ocurre en muchos países en vías de desarrollo donde cientos de comunidades aisladas no disponen de redes eléctricas debido a limitaciones geográficas y financieras.

Una sola linterna LED con energía solar utiliza energía cero y puede iluminar una habitación con luz eficiente. Algo tan insignificante para nosotros cambiaría la vida de muchas personas.

A mayor escala, las bombillas LED y los paneles solares fotovoltaicos se pueden combinar para producir una iluminación sostenible en los lugares públicos conseguir condiciones de vida y de trabajo en las comunidades para los periodos de tiempo en los que ya no dispongan de luz solar. Esto supondría un gran avance para servicios tan básicos como los sanitarios, pero también en el ámbito empresarial, deportivo y social en general.